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martes, 30 de julio de 2013

JORGE MOLIST.- Tiempo de Cenizas. "Un hombre libre frente al poder de los Borgia"

- Solo os pido que trabajéis en mi scriptorium como la hacéis en el de Bartomeu. Tendréis un aprendiz que os ayude. El resto de los jóvenes de la familia pasarán el día trabajando en otras actividades en la librería o en la escuela, y antes de la cena acudirán al scriptorium a que les enseñéis.
-  Y ¿qué queréis que les enseñe?.
- Habladles de libros, de la libertad, de otros países, de otros idiomas, de la vida... Enseñadles vuestra hermosa caligrafía. Contadles lo que habéis vivido. Como hicisteis conmigo.
El anciano quedó pensativo.
- ¿Os acordáis de cuando me dijísteis que los libros, como las personas tenían cuerpo y alma?
Abdalá asintió con la cabeza.
- Y aún lo afirmo. Y en el alma incluyo tanto las emociones como el intelecto. 
- Pues los niños son libros en blanco, libros por escribir. Escribid con vuestra bella caligrafía en los libros de nuestros hijos. Ayudadlos a formar su carácter firme y virtuoso, dadles vuestro saber.

El hombre es la cumbre de la creación divina y debe ser valorado como tal - insistía D'Avalos - Hay tres libertades en él que deben ser respetadas inexcusablemente:  la libertad física, la libertad de creencia y la libertad de pensamiento.