Un patio en el cementerio del Este. La tarde fría. El viento adusto. La luz de la tarde sobre los muros de lápidas tiene una aridez agresiva. DOS SEPULTUREROS apisonan la tierra de una fosa. Un momento suspenden la tarea: Sacan lumbre del yesquero y las colillas de tras la oreja. Fuman sentados al pie del hoyo.
UN SEPULTURERO
Ese sujero era un hombre de pluma.
OTRO SEPULTURERO
¡Pobre entierro ha tenido!
UN SEPULTURERO
Los papeles lo ponen por hombre de mérito.
OTRO SEPULTURERO
En España el mérito no se premia. Se premia el robar y el ser sinverguenza. En España se premia todo lo malo....
Esta edición sigue el texto de la última corregida por el autor. Imprenta Cervantina, Madrid, 1924
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